viernes, 6 de enero de 2012

Fuera de tiempo.... El cuarto rey mago

“Alguna vez, con aquella vocecita de clavo y anís que tenía, alguna de mis abuelas me contó que los reyes magos no fueron tres en realidad sino cuatro. Me dijo que el cuarto rey mago era un Astrólogo poco competente que se equivocó de estrella, que era olvidadizo y desordenado, que llegó al pesebre muchísimo tiempo después que los demás.

Siempre le había sucedido así… Pero el cuarto rey mago NO se dio por vencido. Regresó a sus apuntes y sus libros, salió cada noche a escudriñar los cielos, cruzó mares y desiertos, siguió nuevas estrellas, incansable y torpe …nunca pudo remediarlo: ¡SIEMPRE LLEGÓ TARDE!

Años y años pasó en su empeño, todo lo perdió, familia, amigos, fortuna, los días y las noches. Hasta que lo alcanzó. Porque finalmente dio con él. Por su puesto que para entonces el cuarto rey mago se había convertido ya en un anciano y aquel cielo ya no tenía estrellas y Jesús no era ya un niño, ni estaba en Belén, estaba en la cruz.

El cuarto rey mago tuvo miedo de haber llegado DEFINITIVAMENTE TARDE, pero Jesús todavía estaba vivo, así que el Astrólogo con el corazón desbocado comenzó a buscar entre su ropa el regalo que había cargado toda la vida para el niño divino y, con horror, descubrió que NO lo llevaba, tal vez nunca lo llevó encima; tal  vez lo olvidó desde que comenzó su aventura tanto tiempo atrás… ya sabemos que era distraído.

Entonces sí, el cuarto rey mago sintió que lo había echado todo a perder, sintió un dolor tan intenso que de sus ojos envejecidos dejó caer tres lágrimas y Jesús, conmovido por la constancia de aquel hombre hizo aún un milagro y le convirtió las lágrimas en perlas para que el Astrólogo, a pesar de su impericia, tuviera algo que regalarle.

Todavía me consuela recordar aquella noche del trópico en que la abuela me contaba todo esto a bordo de un barco, a la vista de Cartagena de Indias. Porque yo también, como el cuarto rey mago, muchas veces he estado fuera de tiempo, me atrevo a pensar que no soy el único que algunos otros también han llegado tarde más de una vez, y que sin embargo, NO se dieron por vencidos, que siguieron el camino buscando OTRAS ESTRELLAS, sin estar jamás seguros de haber encontrado la que cada quien debe seguir…”

Felipe Garrido

Cariñosamente:

Mtra. Nse. María Natividad Fernández Morfín

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