domingo, 19 de febrero de 2012

Mamá

Si ocurre que has crecido teniendo a mamá a tu lado, estarás de acuerdo conmigo en que si hay alguien que te conoce en el mundo es ella, es más casi apostaría a que con solo mirarte ella puede adivinar cosas como si te sientes un poco triste, apenado o muy contento, casi ni hace falta que tu le digas. Muy probablemente sepa lo que te gusta y  lo que no te gusta, tus postres preferidos y  las cosas en las que ni soñar que disfrutes ayudarle; sabelo que te duele y  lo que te da alegría y  muchas otras cosas que ni te imaginas... Es más, pareciera tener el poder de leer tu pensamiento ¡Sabe cómo estás aún cuando te esfuerces por ocultarlo!

Si por otro lado, ocurre que por alguna razón, mamá no ha estado a tu lado, puede ser un poco diferente… aunque no tanto. Casi siempre mamá parece tener un poder “extranormal” para saber cosas de ti con solo verte,  con sólo oír tu voz, aún cuando se encuentre muy lejos o no te haya visto en algún tiempo, ella sabe de ti mucho más de lo que te imaginas y lo sabe por una sencilla razón (aunque quizás un poco extraña),. Cuando tú fuiste concebid@, tu mamá puso una célula que era parte de su cuerpo, no le era ajena a sí misma... el óvulo es entonces en cierta forma como la costilla de Adán en la hermosa analogía de la creación según el génesis. Es así, que entonces, tú ERES tu mamá, no importa el tiempo que haya compartido contigo, esto no cambia en absoluto…

De hecho,  si alguna vez te detienes y averiguas de ella un poco, podrás darte cuenta de lo mucho que comparten y de las muchas características que tú tienes y que  tienen por único origen lo más profundo de su corazón.

Y es que ¿Sabes una cosa?, cuando mamá te tuvo dentro de su pancita durante nueve meses o el tiempo que haya sido para ti, todo ese tiempo te estuvo compartiendo hermosos secretos que te serían muy pero muy útiles en tu vida, solo te los decía a ti y para que tu propio corazón los supiera y los conservara, siempre listos para ser usados en caso de necesidad… cada vez que su corazón hacia pumpum pumpum, era como si te dijera algo en ese especial lenguaje que construyeron ustedes dos en ese cálido espacio, un secreto que solo te contó a ti y a nadie más.

Todas esas palabras, todas esas enseñanzas, todos esos secretos siguen resguardados en un íntimo lugar de tu pecho… si prestas atención a los latidos de tu corazón y te dispones a escucharlo, te darás cuenta. Entre los muchos y valiosos regalos que mamá te ha dado, éste es uno que tiene un lugar muy especial y es solo para ti.

domingo, 12 de febrero de 2012

Cada cosa tiene su tiempo


Cuando estoy viviendo alguna situación que me resulta muy agradable, es grande la tentación de desear que esa situación tenga una duración ilimitada, que permanezca por siempre…  sin embargo invariablemente, a veces de manera abrupta y otras de manera muy sutil, se va terminando. Cuando eso ocurre sobreviene una sensación de tristeza… me resisto ¿Por qué no dura un poco más? ¿Por qué no dura por siempre? ¿Por qué se tiene que acabar?

Hasta tengo la impresión de que las cosas estarían muy bien para mí si eso permaneciera, que yo sería más feliz o más pleno o que ¡Muchas cosas de mi vida estarían mucho mejor!... cuando tomo un poco de distancia de esa situación, las cosas cambian y a veces hasta puedo llegar a entender que está bien que eso que tanto me agrada o que tanto disfruto tenga una duración limitada, que no dure por siempre…

Si lo pienso un poco, hasta lo puedo llevar a la razón y puedo darme cuenta de que así, justamente así es la vida, lo nuevo no tiene espacio para llegar si es que no ha ocurrido que antes se retire lo que ya cumplió su función, no importa si esa función fue darme alegría o bienestar o incluso alegría como tal, tampoco importa si lo que vino a traerme fueron algunos momentos de tristeza o de melancolía o de añoranza… finalmente, todo ha de irse, justamente de la misma manera en que yo mismo en aún momento he de irme también, más pronto o más tarde… todo pasa, todo se va y es entonces que llega lo nuevo y eso nuevo que llega, seguramente tendrá para mí nuevos mensajes, nuevos aprendizajes, seguramente que algunos de ellos me resultarán muy gratos y seguro que también habrá otros que me darán un poco de lo otro… quizás tristeza, quizás un poco de dolor, quizás melancolía o un poco de añoranza… un interminable ciclo de continuo crecimiento.

Me gusta pensar que ese continuo no es lineal, me identifico más la idea planteada por Gesell acerca del desarrollo, donde él lo ve como si fuera un espiral que nos lleva constantemente hacia adelante, aunque no de manera lineal y paso por regiones conocidas de mi existencia y las miro en cada ocasión desde un ángulo distinto y entonces, puedo pensar que cuando algo de lo vivido en algún momento se va, no se irá por siempre, solo se retira un poco, de manera que deja de estar al alcance de mi vista y confío también en que en algún otro momento pasaré cercanamente por ese lugar y lo podré mirar nuevamente, desde un nuevo ángulo, desde una nueva perspectiva y quizás tome una nueva dimensión también. Para poder llegar a esa nueva perspectiva he de moverme necesariamente hasta la siguiente ¿Qué curioso no? para poder ver lo anterior de manera nueva he de moverme a una nueva posición…

Definitivamente, cada cosa tiene su propio momento y su propia duración y desde luego, también, me dejará su propia enseñanza, que mientras más logro tomarla, más me dejará completamente listo para crecer justo en el siguiente momento… no me queda más que reconocer humildemente que los ciclos de mi existencia tienen un movimiento mucho más allá de lo que yo puedo y desearía entender y que si logro mirarlo, estos movimientos me llevarán invariablemente a los lugares en que necesito estar para llegar a ser el que he de ser. Hoy deseo rendirme y contemplar, solo contemplar.
Mario Alberto Núñez Molleda- Psicoterapeuta

martes, 7 de febrero de 2012

"Los niños son como esponjas" - La formación de los niños en edad preescolar

Es sabido que existen diversas etapas de desarrollo en los seres humanos. Grandes teóricos han hecho investigaciones al respecto para comprender el proceso de madurez que siguen las personas desde su nacimiento y poder así, enfocar las herramientas educativas de forma exitosa. Recientemente he recibido inquietudes de padres de familia con el interés de poder orientar a sus pequeños hijos de la mejor forma posible. Existe una frase que es comúnmente mencionada: “Los niños son como esponjas”, y yo creo que si es tan mencionada, tiene mucho de verdad. Lo que habría que cuestionarnos es “¿Qué pueden absorber esas esponjas de acuerdo a su edad?” Para poder apoyar una reflexión con los padres de familia, que ahora están leyendo este artículo, me gustaría plantearles las investigaciones de los teóricos que actualmente son usados como referentes importantes en el desarrollo humano, mencionaré exclusivamente las etapas que están en el periodo de edad sobre la cual he recibido los comentarios, que van de nenes desde 1 año hasta los 5 ó 6 años de edad.
JEAN PIAGET: (Etapas del desarrollo)
Reacciones Circulares Terciarias. (12 a 18 meses) En esta etapa, los bebés empiezan a experimentar con acciones nuevas para ver lo que sucede en lugar de repetir simplemente patrones de conducta ya aprendidos. Se sirven del ensayo y error para encontrar la forma más eficiente de alcanzar nuevas metas. La etapa se llama de las reacciones terciarias porque su propósito es la exploración. Por ejemplo, un niño gateará hacia una caja, se acostará en ella, luego la pondrá sobre su cabeza o intentará meter en ella al gato.
Soluciones Mentales. (18 a 24 meses)  Los niños empiezan a pensar en los problemas para encontrar soluciones mentales, es decir, empiezan a inter-analizar las acciones y sus consecuencias, y ya no se basan exclusivamente en el ensayo y error. De esta manera empieza a desarrollar seguridad sobre la forma de resolver problemas simples. Este desarrollo es acompañado por una creciente habilidad para el uso de símbolos lingüísticos al tratar con gente y situaciones.
Uno de los logros adquiridos en la etapa sensorio-motora es el desarrollo del concepto de permanencia del objeto, el conocimiento de que un objeto sigue existiendo independientemente de que podamos verlo, escucharlo, tocarlo, probarlo y olerlo. (Universidad Rafael Landivar, Dep Psicología)
Desde los 2 a los 7 años de edad
Los niños adquieren el lenguaje y aprenden que pueden manipular los símbolos que representan el ambiente. En esta etapa pueden manejar el mundo de manera simbólica, pero todavía no son capaces de realizar las operaciones mentales reversibles. Es por ello que Piaget (1967) denominó a este periodo la etapa pre-operacional del pensamiento.
Piaget llamó así a la segunda etapa del pensamiento porque una operación mental requiere pensamiento lógico, y en esta etapa los niños aún no tienen la capacidad para pensar de manera lógica.
ERIK ERIKSON (Las etapas psicosociales)
>Confianza básica vs Desconfianza (del nacimiento hasta los 12 ó 18 meses):
El bebé desarrolla el sentido de confianza ante el mundo. Virtud: la esperanza.

Autonomía vs Vergüenza y duda (de los 12 ó 18 meses a los 3 años):
El niño desarrolla un equilibrio frente a la vergüenza y la duda. Virtud: la voluntad.
–>Iniciativa vs Culpabilidad (de los 3 a los 6 años):
El niño desarrolla la iniciativa cuando ensaya nuevas cosas y no se intimida ante el fracaso. Virtud: el propósito.

En otros artículos que he publicado en este blog he enfatizado la importancia de integrarnos como una unidad UCCM (unidad cuerpo, cerebro, mente), para poder así funcionar de una manera más óptima mientras aprendemos, ya sea dentro o fuera de los salones de clases, independientemente de la edad.  Rudolf Steiner, el fundador de la Escuela Teosófica y de la Pedagogía Waldorf, decía que los niños deben ser considerados como una unidad, ya que desde antes de nacer los bebés no conciben el adentro o afuera, por lo cual, las intenciones del infante van hacia dentro, hacia su interior, lo que se considera una natural condición de vida. Cuando el pequeño empieza a andar, a pensar a hablar, cuando su curiosidad está al máximo por explorar debemos ser muy cuidadosos en no destruir la intención de aprendizaje,  es mejor permitir que el niño de forma natural, se identifique con el adulto o las cosas de su entorno, para que así las mismas vivan en el pequeño y cobren relevancia. Steiner decía que los niños alcanzan la madurez necesaria para entender una explicación que se apoye en causa y efecto hasta los doce años. (Steiner,  La educación basada en la naturaleza humana)
Los fundamentos teóricos que hemos explorado brevemente nos hablan del proceso paulatino que los niños necesitan para conseguir su madurez, aunque algunas veces parezca lo contrario, a los niños no les corresponde decidir sobre asuntos relevantes en edades tan cortas. Yo considero que lo mejor es conocer lo que pueden absorber nuestras “esponjas” y entonces llenar los recipientes del líquido necesario y yo sugeriría agregar mucho de amor en él.
Permitamos que nuestros hijos exploren, que descubran las cosas de su entorno, que con el ejemplo nuestro y el amor de padres, que tiene su peculiar lenguaje y entendimiento en cada familia, puedan crecer sin perderse lo más importante: “Su niñez”. Permitamos que jueguen, que imaginen, que se ensucien buscando lombricitas en la tierra, que se mojen bajo la lluvia, que toquen, que se expresen de forma oral, escrita o corporal libremente. Hagamos un campamento en la sala de nuestra casa si no es posible salir, bailemos juntos, leamos un cuento, observemos las plantas, el fluir del agua, el anochecer, inventemos palabras en lenguajes extraños, y dediquemos  ¡sin temor! el tiempo apropiado para abrazarlos y decirles con frecuencia cuánto los amamos, y cuan bello es nuestro mundo y lo que en él habita, de esta forma, los hacemos sentirse en un lugar seguro, lo cual los predispone a vivir en él.  Como madres o padres estamos mágicamente preparados para apoyar en este proceso. Así de una forma simple pero profunda nuestros hijos disfrutarán y en la sabiduría de la evolución humana, irán tomando todo aquello que necesitan para crecer y ser felices, construyendo, comprendiendo poco a poco.  Como dije estamos preparados para ello, no tengamos miedo.
Yo cuestiono muchas veces las clases extra-escolares en edades tan tempranas, antes de los 5 años, ciertamente algunas veces, cuando ambos padres trabajan, resultan ser una excelente alternativa, pero también observo que mercadológicamente hay una presión para que los padres de familia llenen a sus hijos de actividades extras que sacrifican muchas veces ese desarrollo natural que antes mencionábamos. En este sentido hay una investigación de Carme Muñoz,  filóloga Inglesa, titulada:  “Empezar antes no significa aprender más” y les dejo en reflexión el título.
Queda abierto este foro para retroalimentación.
Mtra. Nse. María Natividad Fernández Morfín.