lunes, 28 de enero de 2013

Netiqueta

                                                          NETIQUETA 
 
 …“Nunca coma recargando los codos en la mesa”, “apuntar con el dedo a una persona es de mala educación”, “cuando algo le cause mucha risa en la mesa, procure no reírse estruendosamente, sino con mesura”, “al comer mantenga la boca cerrada”…

¿Te resulta familiar alguna de estas normas de etiqueta? Quizá a lo largo de la vida, nuestros padres, abuelos o tal vez algún libro nos  enseñó sobre cómo comportarnos socialmente de manera apropiada.

Las normas de etiqueta han prevalecido a lo largo de la historia, algunas veces hemos escuchado que hay quien se da cuenta de qué tan “educada” es una persona, por los comportamientos que muestra en su cotidianidad espontánea.

Lo cierto es que siempre han existido normas de conducta que propician una convivencia más funcional y grata entre las personas, entre los pueblos y en sus interacciones.

En la actualidad, estamos viviendo cambios generados en gran medida por las nuevas tecnologías que, sin duda, han venido a revolucionar nuestra forma de vida, y en especial también, nuestra manera de comunicarnos, de relacionarnos.

Seguramente algunas veces habrás chateado, o enviado un correo electrónico, tal vez te hayas comunicado por video llamada…

¿Sabías que es recomendable utilizar en tu comunicación escrita mayúsculas y minúsculas correctamente? EL USO CONSTANTE DE MAYÚSCULAS DA LA IMPRESIÓN DE QUE ESTUVIERAS GRITANDO.
Usar en exceso smileys no hará que el destinatario se sienta feliz… o deje pasar por alto comentarios impertinentes…
Éstas, entre otras muchas recomendaciones, existen para procurar que nuestra comunicación por medios electrónicos sea más cordial y apropiada, te invito a que investigues un poco más sobre “Netiqueta”, puedes entrar en este sitio: www.netiqueta.org   Sería una gran idea, compartir esta investigación con tus alumnos, aún cuando sean pequeños, así, de esta forma, aprenderán que aún en el ciberespacio hay normas para navegar.

Mtra. Nse. María Natividad Fernández Morfín.


01-800-830-4114

 

jueves, 3 de enero de 2013

“ENCONTREMOS EL BOTÓN EN LA DOCENCIA”

Se cuenta de un pez que vivía cerca de un arrecife. Ese pez era muy especial y sobre él se contaban varías historias…

Algunos decían que era un pez mágico, otros decían que estaba loco, unos más comentaban sobre aquel que un día de diciembre quedó hechizado…

Lo cierto es que se hablaba mucho de él, y él curiosamente no hablaba casi nada…

Cada año en noche buena esperaba ansioso en la parte más alta del arrecife, mirando al cielo, anhelando que nuevamente volvieran a llover estrellas redondas y planas, así las describía él: estrellas redondas y planas que cantaban y al entrar al mar pintaban de colores más brillantes a los peces.

Los peces más pequeños aguardaban cerca de él, algunas veces sin permiso de sus padres, para constatar aquello sobre las estrellas, que para poder entrar al mar, se volvían redondas y planas y que además eran las que los teñían de tan vivos colores.

Dos navidades pasaron y nada ocurrió, aún así el pez, aguardaba con paciencia todo el año, realizaba sus actividades hasta que nuevamente se acercaba la fecha, entonces no podía ocultar su emoción y subía hasta la parte más alta del arrecife.

La noche buena llegó nuevamente en aquel océano, esa era una noche especial, la incertidumbre había crecido entre el banco de peces, y estaban a punto de desterrar al pez por creerlo más que un loco soñador, como él se nombraba a sí mismo, un loco desquiciado, enfermo de la mente y una mala influencia para los demás peces pequeños quienes de alguna manera se contagiaban de su emoción, de su entusiasmo, de su esperanza…

Esa noche todos estaban presentes observando al pez.

Las sirenas que aguardaban en la parte más baja fueron las primeras en darse cuenta de que algo se acercaba… Se deslizó por sus oídos una melodía de júbilo tocada en cascabeles, ellas cautivadas comentaban a los peces a sus alrededor: “¿Lo escuchan? ¿Qué es ese sonido que jamás antes habíamos escuchado? ¿Miren cuán dulce suena?”. Mientras lo platicaban se acercaban a la parte alta del arrecife. Esto llamó la atención de todos los peces que estaban ese noche expectantes y listos para decidir sobre el destino de aquel pez soñador, ya que las sirenas nunca se acercan a aguas no profundas, sin embargo, embriagadas y movidas por la melodía que sólo sus agudos sentidos percibían no pudieron evitarlo y se empataron con aquel pez en la cima del arrecife.

Él no dejaba de mirar al cielo, sus ojos estaban más abiertos de lo normal, de repente con un movimiento de sus aletas alertó a las sirenas cuando una enorme lluvia de luz, cubrió el cielo sobre aquel arrecife.

Todos los peces lo vieron y se sorprendieron cuando entró al océano una estrella redonda y plana acompañada con música de júbilo. Mientras la estrella entraba en el agua e iba descendiendo poco a poco, lentamente iba destellando luz de colores brillantes en todas direcciones. La mirada de los peces la acompañó hasta que se adentró en la arena del fondo y ahí, expandiéndose en una onda enorme, pintó la arena de dorado.

Desde ese día me quedó claro que los botones de Papá Noel o Santa Claus son mágicos…ahora entiendo porqué los peces son de tan variados y hermosos colores…

Ahora comprendo el por qué de la arena dorada.

Ahora sé lo que significa un botón y entiendo por qué botón es sinónimo de yema floral.

Ahora entiendo por qué para activar algo casi siempre hay que oprimir un botón.

Ahora que entiendo la magia de aquello que sostiene, entiendo también que soy maestro.


Te invito a que busques “con ojos de pez” ese botón que necesitas oprimir o dejar entrar en tu mar para teñirte de brillantes colores.


¡Feliz año nuevo!

Mtra. Nse. María Natividad Fernández Morfín.