martes, 7 de febrero de 2012

"Los niños son como esponjas" - La formación de los niños en edad preescolar

Es sabido que existen diversas etapas de desarrollo en los seres humanos. Grandes teóricos han hecho investigaciones al respecto para comprender el proceso de madurez que siguen las personas desde su nacimiento y poder así, enfocar las herramientas educativas de forma exitosa. Recientemente he recibido inquietudes de padres de familia con el interés de poder orientar a sus pequeños hijos de la mejor forma posible. Existe una frase que es comúnmente mencionada: “Los niños son como esponjas”, y yo creo que si es tan mencionada, tiene mucho de verdad. Lo que habría que cuestionarnos es “¿Qué pueden absorber esas esponjas de acuerdo a su edad?” Para poder apoyar una reflexión con los padres de familia, que ahora están leyendo este artículo, me gustaría plantearles las investigaciones de los teóricos que actualmente son usados como referentes importantes en el desarrollo humano, mencionaré exclusivamente las etapas que están en el periodo de edad sobre la cual he recibido los comentarios, que van de nenes desde 1 año hasta los 5 ó 6 años de edad.
JEAN PIAGET: (Etapas del desarrollo)
Reacciones Circulares Terciarias. (12 a 18 meses) En esta etapa, los bebés empiezan a experimentar con acciones nuevas para ver lo que sucede en lugar de repetir simplemente patrones de conducta ya aprendidos. Se sirven del ensayo y error para encontrar la forma más eficiente de alcanzar nuevas metas. La etapa se llama de las reacciones terciarias porque su propósito es la exploración. Por ejemplo, un niño gateará hacia una caja, se acostará en ella, luego la pondrá sobre su cabeza o intentará meter en ella al gato.
Soluciones Mentales. (18 a 24 meses)  Los niños empiezan a pensar en los problemas para encontrar soluciones mentales, es decir, empiezan a inter-analizar las acciones y sus consecuencias, y ya no se basan exclusivamente en el ensayo y error. De esta manera empieza a desarrollar seguridad sobre la forma de resolver problemas simples. Este desarrollo es acompañado por una creciente habilidad para el uso de símbolos lingüísticos al tratar con gente y situaciones.
Uno de los logros adquiridos en la etapa sensorio-motora es el desarrollo del concepto de permanencia del objeto, el conocimiento de que un objeto sigue existiendo independientemente de que podamos verlo, escucharlo, tocarlo, probarlo y olerlo. (Universidad Rafael Landivar, Dep Psicología)
Desde los 2 a los 7 años de edad
Los niños adquieren el lenguaje y aprenden que pueden manipular los símbolos que representan el ambiente. En esta etapa pueden manejar el mundo de manera simbólica, pero todavía no son capaces de realizar las operaciones mentales reversibles. Es por ello que Piaget (1967) denominó a este periodo la etapa pre-operacional del pensamiento.
Piaget llamó así a la segunda etapa del pensamiento porque una operación mental requiere pensamiento lógico, y en esta etapa los niños aún no tienen la capacidad para pensar de manera lógica.
ERIK ERIKSON (Las etapas psicosociales)
>Confianza básica vs Desconfianza (del nacimiento hasta los 12 ó 18 meses):
El bebé desarrolla el sentido de confianza ante el mundo. Virtud: la esperanza.

Autonomía vs Vergüenza y duda (de los 12 ó 18 meses a los 3 años):
El niño desarrolla un equilibrio frente a la vergüenza y la duda. Virtud: la voluntad.
–>Iniciativa vs Culpabilidad (de los 3 a los 6 años):
El niño desarrolla la iniciativa cuando ensaya nuevas cosas y no se intimida ante el fracaso. Virtud: el propósito.

En otros artículos que he publicado en este blog he enfatizado la importancia de integrarnos como una unidad UCCM (unidad cuerpo, cerebro, mente), para poder así funcionar de una manera más óptima mientras aprendemos, ya sea dentro o fuera de los salones de clases, independientemente de la edad.  Rudolf Steiner, el fundador de la Escuela Teosófica y de la Pedagogía Waldorf, decía que los niños deben ser considerados como una unidad, ya que desde antes de nacer los bebés no conciben el adentro o afuera, por lo cual, las intenciones del infante van hacia dentro, hacia su interior, lo que se considera una natural condición de vida. Cuando el pequeño empieza a andar, a pensar a hablar, cuando su curiosidad está al máximo por explorar debemos ser muy cuidadosos en no destruir la intención de aprendizaje,  es mejor permitir que el niño de forma natural, se identifique con el adulto o las cosas de su entorno, para que así las mismas vivan en el pequeño y cobren relevancia. Steiner decía que los niños alcanzan la madurez necesaria para entender una explicación que se apoye en causa y efecto hasta los doce años. (Steiner,  La educación basada en la naturaleza humana)
Los fundamentos teóricos que hemos explorado brevemente nos hablan del proceso paulatino que los niños necesitan para conseguir su madurez, aunque algunas veces parezca lo contrario, a los niños no les corresponde decidir sobre asuntos relevantes en edades tan cortas. Yo considero que lo mejor es conocer lo que pueden absorber nuestras “esponjas” y entonces llenar los recipientes del líquido necesario y yo sugeriría agregar mucho de amor en él.
Permitamos que nuestros hijos exploren, que descubran las cosas de su entorno, que con el ejemplo nuestro y el amor de padres, que tiene su peculiar lenguaje y entendimiento en cada familia, puedan crecer sin perderse lo más importante: “Su niñez”. Permitamos que jueguen, que imaginen, que se ensucien buscando lombricitas en la tierra, que se mojen bajo la lluvia, que toquen, que se expresen de forma oral, escrita o corporal libremente. Hagamos un campamento en la sala de nuestra casa si no es posible salir, bailemos juntos, leamos un cuento, observemos las plantas, el fluir del agua, el anochecer, inventemos palabras en lenguajes extraños, y dediquemos  ¡sin temor! el tiempo apropiado para abrazarlos y decirles con frecuencia cuánto los amamos, y cuan bello es nuestro mundo y lo que en él habita, de esta forma, los hacemos sentirse en un lugar seguro, lo cual los predispone a vivir en él.  Como madres o padres estamos mágicamente preparados para apoyar en este proceso. Así de una forma simple pero profunda nuestros hijos disfrutarán y en la sabiduría de la evolución humana, irán tomando todo aquello que necesitan para crecer y ser felices, construyendo, comprendiendo poco a poco.  Como dije estamos preparados para ello, no tengamos miedo.
Yo cuestiono muchas veces las clases extra-escolares en edades tan tempranas, antes de los 5 años, ciertamente algunas veces, cuando ambos padres trabajan, resultan ser una excelente alternativa, pero también observo que mercadológicamente hay una presión para que los padres de familia llenen a sus hijos de actividades extras que sacrifican muchas veces ese desarrollo natural que antes mencionábamos. En este sentido hay una investigación de Carme Muñoz,  filóloga Inglesa, titulada:  “Empezar antes no significa aprender más” y les dejo en reflexión el título.
Queda abierto este foro para retroalimentación.
Mtra. Nse. María Natividad Fernández Morfín.




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