martes, 20 de diciembre de 2011

¡Felices amorosas fiestas navideñas!

Por creencias religiosas, por costumbre, o por cualquier otra razón, las festividades navideñas tienen una magia que nos abraza a todos. Si bien es cierto que al término del año, estamos predispuestos a reflexionar sobre las experiencias vividas, y a fijarnos nuevas metas para el año entrante, también podría ser acertado pensar, que dentro de este movimiento dinámico de amor, existe en esencia un deseo de ser y estar mejor.

Nunca faltan las críticas sobre los fines mercadológicos que envuelven estas fiestas, es un hecho que existen campañas que promueven fervientemente despertar el espíritu navideño. Yo considero que si algunas personas lo piensan, existe verdad en ello, pero también  estoy convencida de que la mercadotecnia nos aborda cada día de múltiples maneras, y siempre podemos darle a ésta, una finalidad noble. Así como la temporada navideña ensancha nuestra cartera, haciendo que aparezcan montones de pequeños billetitos con los que procuramos dar un detalle de cariño a quienes amamos y apreciamos en nuestras vidas, de la misma forma nuestro corazón se ensancha, renovándose en amor, generosidad y fuerza interior. Es por eso que sin darnos mucha cuenta, hacemos rendir cada cien pesos para dar hasta 5 tazas de amor y en ese ejercicio, nos entrenamos para terminar estas fiestas con corazones mucho más grandes, capaces y solidarios. Si somos capaces de aprovechar la mercadotecnía para que esto suceda.... ¡Bienvenida sea!

 Les deseo a todos que el espíritu de la Navidad penetre en sus hogares, impregne sus corazones y abrace tiernamente su alma, para que disfruten cada momento, cada instante en compañía de aquellos más amados, y que sean también protagonistas de esta gran ola de amor que romperá en la costa del año venidero, llenando las playas con éxitos, regalos divinos, gracias y bendiciones de aquél que creó el océano y todo lo que en el habita.

Mi regalo en esta ocasión será compartirles un hermoso cuento navideño, cuyo autor ha quedado en el anómato, más nos permite redescubrir con dulces líneas, la belleza del orden, la armonía y la generosidad.

¡FELIZ NAVIDAD!
Mtra. Nse. María Natividad Fernández Morfín.
Autor: Desconocido
Un ángel en navidad....
Había una vez un ángel que vivía en un castillo todo de nubes, en compañía de otros angelitos.
Y mientras Dios no los llamara para ningún mandado, los ángeles jugaban a las escondidas por el cielo o remendaban nubes rotas.
Una tardecita de verano ,el ángel estaba pintando una nube con acuarela, cuando de pronto oyó la gran voz de Dios:
-Angel. . .hijito mio. . .¿me oyes?.
EI corazón del ángel se alborotó de alegria. No era para menos.
-¡Dios! grito el ángel... ¡Dios me llama!
Y dicho esto se lanzópor un tobogán celeste hasta llegar al castillo principal.
Entonces, se estiró la ropa, peinó sus alas y se lavó la cara. Despueé voló feliz hasta la gran Casa del Padre.
Dios miró al ángel con mucho cariño, y el angelito se llenó de luz.
-Ven para aca, te estoy necesitando para un mandado
-¡Siempre listo, mi Señor! - dijo el angel
Dios señaló a la Tierra...
-¿Ves aquella ciudad?
Cuando Dios señaló el lugar, las nubes se corrieron obedientes. Entonces pudieron ver claramente aquella ciudad. Era bastante gris. Estaba llena de casas, una encima de la otra. La gente andaba apurada, y mientras miraban el reloj pulsera de reojo, entraban y salían de un lugar a otro. Las calles estaban llenas de autos y colectivos.
- Ya veo, mi Señor... -comentó el angel-. ¿Hay que plantar algún rosal?
Dios hizo que no con la cabeza.
- Hay que ir a visitar un matrimonio que tiene. . .
- ¡Ya sé . .! Tienen un hijo, y yo voy a ser su ángel guardián. . . ¿verdad?
Pero Dios agregó:
- Es un matrimonio sin hijos. Cuidan un perro pekinés.
Gorosito abrió los ojos así de grandes!. Su corazón se asustó. ¿Acaso lo mandarian a cuidar un perro pekinés?
Entonces Dios vió la trompa del ángel, y sonrió. En seguida le dijo en secreto:
- Bsss... bsss... bsss...
Y a medida que Dios explicaba su plan misterioso, la cara del angel se iba iluminando como una naranja. Es que el plan de Dios siempre es un misterio. Muy pocos pueden descubrirlo.
Se entusiasmo tanto, que ahí nomás le dió a su Dios un ruidoso beso. Después partió.
Al llegar al lugar señalado por Dios, espió por la ventana.
Entonces vió: Un perrito descansaba muy triste sobre un almohadón de seda. A su lado tenía dos juguetitos de hule, un terrón de azúcar y un plato con leche. Un señor rogaba al animalito:
- Vamos, hijito. . . toma un poco de leche. . . mira que esta tibia. . . ya viene mamita con el filete... no te hagas rogar...
Pero el perro miraba para otro lado, haciéndose el orgulloso.
Por una rendija de la ventana salió olor a filete. Entonces el ángel Gorosito tomó la punta del humo con olor a filete, y fue llevándola. . . llevándola. . . Allá abajo, en la vereda, había un chico.
No tenía mamá ni papá. Estaba solito en el mundo. Andaba por esas calles a la buena de Dios. Un diá pedia limosna. . . otro día lustraba zapatos . . . y casi siempre tenía hambre.
Pero justo en ese momento ¡Oh, misterio del amor!... el chico sintio un aroma muy rico. Era un olorcito a carne que le hizo recordar que tenía mucha hambre. Fue. . . como si alguien invisible, lo estuviera tomando de la nariz, y lo levantara por el aire. . y lo pusiera en camino. . . y lo hiciera tocar un timbre. . .
- ¿Quién eres? dijo el señor.
- Hola. Buen dia. . . dijo el chico sonriendo. Tengo un poco de hambre. . . Entonces el señor miró hacia adentro, y vió al perrito. Y miró hacia afuera y vió al chico que sonreía... Se le apretó un poquito el corazón.
- Ven, hijo, pasa. . . dijo el señor. Cuando el chico entró, el perrito se levantó y se puso a hacerle fiestas. Claro.
Lo que pasaba es que el perro pekinés estaba harto de que lo confundieran con un ser humano.
El quería su lugar de perro en el mundo. Al oir los ladridos juguetones, se asomó la señora desde la cocina y vió : Un perrito, un niño y un papá.
Desde aquel día un chico tuvo un hogar, una mamá y un papa, y un perrito para jugar. . . y hasta un ángel guardián.
Y en el rostro de Dios Padre floreció una sonrisa.
Y Colorín Colorado, este cuento se ha acabado :)

http://www.angelfire.com/ne/Bernardino2/angelnav.html




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