domingo, 13 de noviembre de 2011

Los que estuvieron y los que están...

A lo largo de mi vida, como a lo largo de la tuya han aparecido un sinnúmero de personas, todas ellas han estado de diferentes maneras y en diferentes momentos, algunas por sólo un poco de tiempo, algunas otras quizás un poco más… igual pasa con su trascendencia… la de algunos ha sido poca la de otros mucho mayor, me resulta muy difícil poder concebir que alguna de ellas pudiera ser irrelevante por completo, sería algo así como que si apareció en mi camino, por alguna razón será.

Cuando era más joven e ingenuo, solía pensar que quizás sería bueno que determinada persona desapareciera de mi vida o bien, que nunca se hubiera cruzado e invariablemente, suponía que si eso llegaba a ocurrir, entonces “seguramente mi vida sería mejor”, no recuerdo haber imaginado que en realidad podría incluso tener un resultado aún menos agradable que el actual… era como si yo supusiera que sabía con toda certeza que era lo mejor para mí… ahora puedo ver eso como una enorme arrogancia ¿cómo suponer que yo sabía mejor acerca de lo que necesitaba para crecer, para llegar a ser el que realmente soy?... lo miro ahora y me resulta incluso un tanto absurdo… la vida indiscutiblemente, tiene su propio cause que puede ser que yo sea capaz de distinguir o bien, puede ser también que sea incapaz de hacerlo, de las dos opciones, seguramente la primera resulta ser mejor que la segunda, de cualquier manera insisto, las dos son opciones.
Por otra parte, están las personas que mientras estaban, pareciera que “ese era su lugar”, su presencia resultaba tan familiar, tan constante que se iban convirtiendo suavemente en presencias sutiles, casi inadvertidas y que por tanto, contradictoriamente, a las que pareciera que dejáramos de percibir, como si se volvieran invisibles…

Ahora que ya no soy ni tan joven, ni tan ingenuo; volteo mi cabeza hacia atrás… me detengo y miro lo vivido y… si presto suficiente atención van apareciendo una a una imágenes de muchas de aquellas personas que estuvieron para mí, algunas de ellas podría decir que incluso incondicionalmente… y mientras voy mirando puedo incluso sonreír, puedo sentir como mi pecho se va entibiando poco a poco y no puedo sino decir desde lo más profundo de mi corazón ¡Gracias! Gracias por lo que al estar han dejado, gracias por lo que de ustedes he tomado para poder ir siendo quien soy… y entonces puede ser que empiece a sentir incluso como si algo dentro de mí se equilibrara.
Y entonces, ahora te puedo compartir de la grandeza de reconocer…

Mario Alberto Núnez Molleda
Psicoterapeuta

No hay comentarios:

Publicar un comentario