martes, 22 de noviembre de 2011

El amor que todo lo mueve...

          Si por alguna razón yo te dijera que detrás de todo acto humano se encuentra indiscutiblemente el amor ¿Qué pensarías?... quizás no te sería nada difícil asumirlo cuando se trata de situaciones gentiles o gratas, seguramente no tendrías ninguna objeción al respecto… a lo mejor se te vienen desde luego, imágenes tales como una madre amamantando a su bebé o un padre trabajando durante todo el día para poder llevar el sustento a sus hijos o incluso, quizás hasta puedes imaginar a un pequeño niño corriendo hacia su mamá para realizar un cálido intercambio de abrazos, uno frente a otro, fuerte, fuerte y bueno, indiscutiblemente el amor detrás de esto, indiscutiblemente.
Y ¿Podrías verlo de manera parecida cuando se trata de situaciones no tan gratas o incluso dolorosas? ¿También ahí sería para ti posible ver el amor? Quizás en ese caso las cosas no sean tan claras, ante eso, la ética y la moral dictan la regla que rige y está bien que así sea, finalmente eso nos permite lograr convivir en sociedad funcionalmente… ahora bien, si te permitieras ir un poco más allá y si llegaras a considerar que la fuerza que sostiene a quien mece a un bebé en sus brazos, es la misma que sostiene a la persona que tiene en sus manos un arma… ¿Cómo sería para ti? ¿Qué imaginas que pasaría a tu corazón si pudieras llegar a mirar esa imagen?...

         Siendo yo adolescente, en alguna ocasión uno de mis más queridos maestros, haciendo alusión a alguien más, nos compartía en alguna de las clases de formación humana que formaban parte de la currícula  de la escuela secundaria: “Amar a quien es bueno contigo, no tiene mayor mérito… lo verdaderamente loable es el poder llegar a amar a quien no es o ha sido bueno contigo”… palabras contundentes, en mi pensamiento adolescente apasionantes incluso.
Siguiendo el camino, las cosas van cambiando, la forma en como pienso, la forma en como puedo ahora mirar y lo que también, ahora puedo mirar, muchas cosas han cambiado en este tiempo, sin embargo, esa expresión sigue teniendo para mí la misma potencia que en aquellos entonces… ¿Cómo sería para mí poder distinguir el amor en cada acto humano?... quizás si lo lograra, podría entonces amar también a quien quizás no ha sido “bueno conmigo”… a lo mejor podría distinguir que en el corazón de la persona violenta late un profundo amor a un padre lejano y quizás incluso igualmente violento… quizás incluso podría escuchar en mi interior: “papá, por favor mírame, dame un lugar en tu corazón ¡Soy cómo tú!” y bueno, entonces la magia se operaría y podría distinguir como un poco más allá de lo moral y de lo ético se encuentra una raíz profundamente humana… estaría más allá de calificar el acto en sí, solamente distinguir el amor, el amor como la fuerza que todo lo mueve.
Mario Alberto Núnez Molleda
Psicoterapeuta


3 comentarios:

  1. Muy lindo y real, gracias una vez mas por compartir y hecerme ver que dentro de lo "malo" siempre existe algo bueno y sobre todo eso de :"en el corazón de la persona violenta late un profundo amor a un padre lejano y quizás incluso igualmente violento… quizás incluso podría escuchar en mi interior: “papá, por favor mírame, dame un lugar en tu corazón ¡Soy cómo tú!” al fin lo entendi

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  2. Gracias Mario...creo que el AMOR, es como platicábamos de Dios, cuando lo etiqueto o peor aun lo condiciono a mis acciones hacia los demás o las acciones de los demás hacia mi lo degrado solo a una palabra mas

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  3. Totalmente de acuerdo, lo comprendí y lo percibí en tus palabras..... gracias.

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