domingo, 25 de septiembre de 2011

Ordenes de Amor: Pertenencia

El concepto de “los órdenes del amor” ha sido identificado por Bert Hellinger, creador del modelo de desarrollo humano de “Constelaciones familiares” y consiste básicamente en plantear, que lo que mueve tanto a las personas como a las familias es esencialmente el amor. El amor que puede ser una energía propiciadora de bienestar y crecimiento o que puede ser también una fuente de enredos y desdicha; lo que hace la diferencia principal entre una y otra de las posibilidades, es la manera en que esa energía amorosa fluye dentro de la persona y dentro de la familia: Mientras más fluya ese amor, en un contexto ordenado, más propiciará el que la persona logre ser aquello que potencialmente puede llegar a ser . De igual forma, mientras menos orden conlleve ese fluir del amor,menos logrará la persona, llegar a ser aquello que podría llegar a ser.
Los tres órdenes principales identificados por Hellinger son: el orden de pertenencia, el orden de jerarquía y el equilibrio entre el dar y tomar. Estos tres elementos se encuentran invariablemente presentes en las relaciones familiares, algunas veces alterados, otras veces más funcionales… la manera en como esto se viva, tendrá diversas implicaciones en la vida de la persona y en la vida de las familias…
En esta ocasión hablaré del primero de estos órdenes: El orden de pertenencia; este orden tiene que ver principalmente con el hecho de que todo aquel miembro de la familia que está o ha estado, tiene derecho a pertenecer, no importa si estuvo solo un poco de tiempo o si su presencia fue larga. Es decir, que todos y enfatizo: TODOS los miembros de la familia, merecen un lugar en ésta misma.

Adicionalmente a las personas con quienes comparto vínculos de sangre, habríamos de sumar también a todas aquellas personas, que sin ser mis familiares estuvieron tan cercanos a mí o a mi familia (papás, abuelos e incluso bisabuelos), que una parte de mi vida, no se podría explicar sin su participación o sin su presencia. Puede ser entonces, que por ejemplo, se sume una pareja anterior de alguno de los padres, una persona que estando mi papá en una situación de grave peligro de muerte le ayudó y gracias a ello logro sobrevivir, también pueden ser personas que dieron una dirección a mi familia a partir de algún evento trágico, como por ejemplo cuando una persona desconocida en un accidente automovilístico, ocasionó la muerte de mi abuelo, siendo mi padre apenas un niño.
Definitivamente lo que soy lo soy debido a la presencia de todos y cada uno de ellos, si logro ver esto, entonces es más probable que el amor fluya en mí de manera más funcional que si no logro verlo, pues lo que cada uno de ellos dejó para mí estará entonces disponible o no… ¿Puedes imaginar la aportación, que tantas y tantas personas han hecho, para que tu puedas ser quien eres? ¿A poco no valdrá la pena darles un pequeño lugar dentro de tu corazón?

Mario Alberto Núñez Molleda
Psicoterapeuta
Co-autor Mis Cartas de Navegación


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